jueves, 21 de enero de 2010

Consagración a Nuestra Señora de Candelaria

OH Santísima Madre de Candelaria,

Nosotros tus hijos, a quienes el Señor concedió la dicha inefable de nacer y de vivir en un pueblo que te adoptó como su reina y señora, y que aprendimos de nuestros antepasados la manera de amarte, de cubrirnos con la sombra de tu manto, y de alumbrar nuestro sendero con la luz inmarcesible de ese sirio que llevas en tus manos y que es trasunto de luz celestial, henos hoy aquí ante tus plantas con todos nuestros hijos, a quienes queremos transmitir el mismo caudal de amor y de ternura que fue la mejor porción de nuestra herencia.

Hoy nos consagramos a Ti, con alma, vida y corazón. Acéptanos tales como somos. Con nuestras inmensas limitaciones y con nuestras grandes ilusiones y esperanzas.

Haz gala de aquella misma dulzura maternal con que cuidaste el Cuerpo físico de tu hijo Amado, a quien viste crecer en edad y en gracia en tu presencia, para proteger nuestras familias, parte integrante de su Cuerpo Místico, en forma que logremos ser luz de Cristo que alumbre nuestro entorno y sal que aleje de la corrupción la porción de tierra que el señor nos concedió como heredad. Amen.

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